Oscurécese el sol de repente,
se cumplió la fatal profecía.
Mira, mira a tu Hijo, María,
mira, mira, cadáver está.
Ya desciende del árbol sagrado
y en tus brazos lo ponen. Señora..
Tu pecho que amante le adora
el puñal de dolor hiere ya.
¡Por tus dolores ten compasión!