Tercer dolor: Jesús se pierde en el
Templo
¿Dónde esta el niño, José?
Ha tiempo que no lo veo,
con tus parientes le creo.
¿No lo sabes? No lo sé.
Mujer, verás yo creía
que iba contigo. A María
la angustia le parte el alma.
Estará con los chiquillos
que van en los borriquillos
montados, Mujer ten calma.
Dice José con cariño
adivinando en los ojos
de María, santos enojos
por haber perdido al niño.
No les queda nadie a quien
preguntar. Jerusalén
otra vez es su camino.
Corren inquietos y están
angustiados cuando van
desandando aquel camino.
Y por fin el alborozo
del hallazgo, regocijo
de haber encontrado al hijo.
No caben en sí de gozo.
Mas no faltará el reproche:
Hijo mío toda la noche
buscándote sin consuelo.
¿Por qué me habréis de buscar?
Yo me debo de ocupar
ya de las cosas del cielo.
Guardaba el dolor María
dentro de su corazón.
No hallaba contestación
para el hijo. Su alegría
no era total, pues sentía
que Cristo entre de los doctores
estaba ya en los albores
del camino de la cruz.
Sintió María que una luz
alumbraba sus Dolores.
Fco. del Castillo Tellería
Pregón de los Dolores 1990
Autor de la Fotografía: Óscar Torres Barba