domingo, 17 de marzo de 2013

Tercer día del Septenario



Tercer dolor: Jesús se pierde en el Templo


¿Dónde esta el niño, José?

Ha tiempo que no lo veo,

con tus parientes le creo.

¿No lo sabes? No lo sé.

Mujer, verás yo creía

que iba contigo. A María

la angustia le parte el alma.

Estará con los chiquillos

que van en los borriquillos

montados, Mujer ten calma.

 

Dice José con cariño

adivinando en los ojos

de María, santos enojos

por haber perdido al niño.

No les queda nadie a quien

preguntar. Jerusalén

otra vez es su camino.

Corren inquietos y están

angustiados cuando van

desandando aquel camino.



Y por fin el alborozo

del hallazgo, regocijo

de haber encontrado al hijo.

No caben en sí de gozo.

Mas no faltará el reproche:

Hijo mío toda la noche

buscándote sin consuelo.

¿Por qué me habréis de buscar?

Yo me debo de ocupar

ya de las cosas del cielo.



Guardaba el dolor María

dentro de su corazón.

No hallaba contestación

para el hijo. Su alegría

no era total, pues sentía

que Cristo entre de los doctores

estaba ya en los albores

del camino de la cruz.

Sintió María que una luz

alumbraba sus Dolores.

Fco. del Castillo Tellería
Pregón de los Dolores 1990 

 Autor de la Fotografía: Óscar Torres Barba