sábado, 31 de octubre de 2015

Tercer día del triduo en honor de Santa María Reina de Todos los Santos

Esta tarde a las 18,45 en la Trinidad.


DÍA TERCERO
SANTA MARÍA EXALTADA SOBRE LOS QUERUBINES

María, que conducida por los ángeles a la Gloria, desde allí ejerces tu universal y perpetuo Reinado a favor de los desgraciados, que moran en esta tierra llena de pecado no quedando ninguna que, en cualquiera de las situaciones de su vida experimente los efectos de tu entrañable y singular protectorado. Te rogamos ¡Oh, vigilantísima Reina de nuestras almas! Que vivas siempre cerca de nosotros en la infancia, en la juventud, en la ancianidad, en la salud, en la enfermedad, en las tentaciones, en los puestos elevados, en toda la vida en la penosa hora de la muerte, para que jamás desistamos de nuestros propósitos, de nuestras obras meritorias con la gracia, y creciendo cada día de virtud en virtud, obtengamos como el último y mayor de todos los beneficios, el don de la perseverancia final, prenda segura de la Gloria.

Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino;
hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos Hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofende, no nos deje caer en la tentación y líbranos del mal. Amen

Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

PÍDANSE LAS PETICIONES O GRACIAS QUE SE DESEEN ALCANZAR CON EL EJERCICIO DE ESTE SOLEMNE TRIDUO.

¡Oh Virgen Santa María Reina de Todos los Santos!, yo os suplico por las entrañas purísimas de vuestra piedad, que alcancéis de vuestro Hijo la gracia que pretendo en este Solemne Triduo, y asimismo comuniquéis y alcancéis la extirpación de las herejías, aumento de nuestra fe católica, paz entre los pueblos, libertad a los cautivos, refrigerio a las almas del Purgatorio, reducción y conversión de los infieles y pecadores, salud a los enfermos, consuelo a los afligidos, Socorro a los necesitados, amparo a los desvalidos, y a todos los hombres mostréis vuestro patrocinio amoroso con vuestra santa bendición, alcanzándoles resignación perfecta con la voluntad Divina, y la gracia final, para que gocemos el ver a adorar vuestra admirable hermosura, que es la alegría del Cielo. Admite estas alabanzas y socorre a tus devotos, hermosísima María, Reina de Todos los Santos Amén.