Mostramos una excelente fotografía de N.H.D Álvaro Velázquez Díaz del magnífico altar del Solemne Triduo al Santísimo Cristo de las Misericordias, que se está celebrando en la Iglesia de la Santísima Trinidad con la homilías a cargo del Rvdo. Padre Fray Juan Franco Pérez O.P. y a continuación un articulo elaborado de la simbología que contiene y el significado de este magnifico efímero Altar.
Las Hermandades y Cofradías están entre las corporaciones
religiosas que más patrimonio artístico y cultural han generado dentro de la
Iglesia católica, con una utilidad fundamental: tributar culto público a sus
imágenes titulares y a Dios.
Cada día y a mas se les da la mayor solemnidad e importancia
a los cultos internos en nuestra Hermandad, por ello este año podemos disfrutar
de un gran Altar efímero que el Mayordomo, el equipo de Mayordomía, priostía y
el equipo de la Delegación de culto de esta nuestra Hermandad nos han preparado
para el Solemne Triduo de nuestro sagrado titular el Stmo. Cristo de las Misericordias.
Un altar efímero lleno de simbología y amor, por ello tenemos a bien desgranar un poco la
idea del mayordomo, equipo de mayordomía, priostía y delegación de culto para
que todos esos detalles sean admirados y entendidos por todos.
La tradición de la
arquitectura efímera es una práctica muy
extendida en todos los ámbitos festivos, culturales y religiosos de las
ciudades desde finales de la Edad Media hasta nuestros días. En el Renacimiento
se hizo habitual la construcción de estructuras efímeras en forma de monumentos
con motivo de muerte de reyes, papas y cardenales. Gana en suntuosidad y
opulencia en el Barroco poniéndose de manifiesto con elementos fundamentales
como las telas, la plata y la iluminación para crear la mayor dignidad del
culto a nuestros sagrados titulares.
El altar mayor es revestido en su totalidad con telas adamascadas
donde el dosel capta aun mayor nuestra atención de los fieles en donde la
pintura de una gloria de ángeles y arcángeles rodea y escoltan al Sagrado Corazón
de Jesús como
un símbolo de amor divino. Metafóricamente, se refiere a la vida emocional y
moral de Jesús, especialmente, a su eterno amor por la humanidad y que es
enmarcado dentro de una ráfaga de rayos flamígeros. Todos estos elementos sirven
de marco en donde la Imagen del santísimo cristo de las misericordias recibe
culto en este Solemne Triduo.
La Cera, dentro
de la Iglesia Católica se bendicen las velas el día de la candelaria, en la
noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección se bendice el Cirio Pascual,
que se encenderá todo el año durante el ritual de la Santa Misa y otras
ceremonias litúrgicas, 1904,
la Congregación de Ritos decretó que el Cirio Pascual y las dos velas destinadas a la
celebración de las misas debían de ser siempre “In Máxima Parte” de cera de
abejas, ya que esta tiene un simbolismo
religioso de virginidad y pureza de naturaleza. A este respecto, la
Enciclopedia Católica explica que desde los primeros tiempos de la Iglesia, los
cristianos asignaron un simbolismo definido a la vela o cirio de cera
considerando la abeja como símbolo de virginidad, manifestando literalmente
que:
“La cera tipifica de manera
sumamente apropiada la carne de Nuestro Señor, nacido de una Madre Virgen. De
aquí se originó el concepto de que la mecha significa el alma de Jesucristo y
la llama la Divinidad, que absorbe y domina a ambas. Por eso el gran Cirio Pascual representa a Cristo: la luz verdadera, y las velas pequeñas a cada uno de los cristianos que tratan de ser imágenes vivientes de Cristo”.
Este elemento es usado desde tiempo inmemorial para iluminar
el interior de los santuarios y templos de prácticamente todas las religiones. Desde
el siglo IV, la cera también han sido utilizada como ofrenda a Dios, a la Santísima
Virgen María y a los Santos, en acción de gracias o en suplicas de favores, por
ello más de 83 puntos de luz conforma este altar efímero, 83 cirios en forma
piramidal en grupos o piñas de 6 cirios esbeltos y altos que reviste de mayor
solemnidad, elegancia y seriedad a todo el conjunto siempre dejando la calle
central libre en la que la imagen titular del Istmo. Cristo de las
Misericordias que recibe culto en este altar se pueda admirar y observar en su
totalidad.
El papa Inocencio III (1198-1216) fue el que esbozó el uso de los
colores litúrgicos que utilizamos actualmente en las celebraciones de la
Iglesia. Este papa basó su simbolismo sobre las interpretaciones alegóricas de
los colores y las flores mencionados en la Escritura, especialmente en el libro
del Cantar de los Cantares, donde los colores juegan un importante papel en
toda la narración. Las recomendaciones de Inocencio se hicieron oficiales
en el año 1570, durante el pontificado de Pío V.
Cuatro jarras de claveles rojos también dispuesta en forma cónica o
piramidal para revestir al igual que la cera de mayor solemnidad, elegancia y
seriedad adornan y da vida a este altar efímero. El clavel rojo simboliza el
fuego, la sangre y la realeza. Este color se puede ver durante las
celebraciones de la Pasión, incluido el viernes Santo, y en los días en que se
conmemoran las muertes de los mártires, los apóstoles y los evangelistas.
Siendo el color del fuego, es la elección natural para Pentecostés, al
simbolizar el ígneo descenso del Espíritu Santo. La palabra "rojo"
proviene del latín, concretamente de la palabra "russus".
En la parte inferior podemos observar dos doseles que sirven de marcos a
las pinturas de dos arcángeles pasionarios en los que portan en sus manos: el
de la derecha la columna en donde cristo fue atado para que lo sometieran a
burlas y a la tortura de la flagelación, pasaje evangélico que nuestra imagen
titular nos representa. El de la izquierda sostiene la túnica de cristo, túnica
en el que fue despojado en el momento de la flagelación. También en la parte
inferior de los dos doseles podemos apreciar varios atributos de la Pasión de
Cristo.
La Pasión de Cristo es un tema recurrente en el arte cristiano. Su representación puede incluirse dentro del más amplio ciclo de la vida de
Cristo, puede adecuarse estrictamente a los límites
propios del concepto "Pasión", o incluso limitarse a una parte
restringida de éste (por ejemplo, al conjunto de las escenas del camino del Calvario), o a un solo episodio evangélico. Hay diversos elementos iconográficos identificativos de la Pasión de
Cristo o de cada una de sus escenas.
En la izquierda podemos observar: la corona de espina y la clámide
de color purpura atributos reales que sirvieron de mofa al rey de reyes, unos
dados que sirvieron para sortear todas las pertenencias de cristo.
En la Derecha podemos contemplar: El cáliz que recogió la
sangre de sus heridas, y que se identifica legendariamente con el de la última cena, La vasija
que contenía la mirra con que José de Arimatea ungió el cuerpo de Cristo y el Santo Sudario usados en su entierro, Las treinta monedas de plata que costó la
traición de Judas Iscariote y el martillo,
tenazas y los clavos de Cristo
instrumentos de la crucifixión de cristo.
Alrededor de estos
atributos e iconos de la pasión están dispuestos varios platos y bandejas de
plata recordando a los antiguos altares en misas tradicionales tridentinas en
donde en el mismo altar se ponían las sacras de plata, los ornamentos litúrgicos
y todo lo necesario para la celebración de la Santa Eucaristía como eran las
demandas, las ofrendas, las patenas, los atriles, los cálices, los copones, etc…
La misa
tridentina es el nombre que recibe la celebración de la misa del rito romano de
la Iglesia católica según las prescripciones
y rúbricas de las sucesivas ediciones del misal romano promulgadas
desde 1570 a 1962. El calificativo de
«tridentina» se refiere a su origen, ya que el rito fue finalmente codificado y
luego extendido a toda la Iglesia
latina por iniciativa del Concilio de Trento. También se la llama
misa de san Pío V, el papa que hizo la reforma deseada por dicho concilio.
Al igual estas platas antiguamente y tradicionalmente
se colocaban en los altares para dar brillo y majestuosidad para que
representara en modo de ofrenda que el pueblo ofrecía lo mejor de cada casa
para el culto en mayor honra de Dios y de la Santísima Virgen María.
Y en el centro
como centro de nuestra Fe el Sagrario. En la religión católica el sagrario o tabernáculo es el lugar donde se
guarda el Cuerpo y la Sangre de Cristo
El sagrario o tabernáculo se añade con frecuencia al retablo y
puede tenerse como parte integral de éste desde el siglo XV en
que se encuentra generalizada esta práctica. Antes de dicho siglo fue muy
variada la costumbre del reservado; en la era de las persecuciones se guardaba
el sacramento en lienzos o en cajitas que llevaban a sus casas los fieles. En
la época constantina y en los siglos posteriores inmediatos, se suspendía en
una caja de oro sobre
el altar y pendiente del baldaquino o
se colocaba está en un nicho del ábside en
la sacristía o
simplemente sobre el altar.Más adelante, cuando se establecieron los retablos
fijos, se ponía en un sagrario detrás del retablo. En el estudio de la historia
influye mucho, porque nos cuenta la historia del mundo en el tiempo de
edificación del templo al que pertenece.
MISERERE MEI DEUS “Misericordia Dios Mío” un efímero altar
lleno de amor, misericordia y simbología que habrá que mantener a través de los
tiempos y en algunos casos cuidar, siempre en sentido ascendente, para mayor
honra de Dios y de nuestros sagrados titulares.