Hace treinta años, nuestra
Hermandad se encontraba celebrando solemnemente el 250 aniversario de su
fundación, y tal día como hoy se celebró el acto central del mismo.
Dicho acto central tuvo
lugar el día 15 de septiembre de 1982, un miércoles de septiembre que tuvo tintes de Miércoles Santo,
pues no se recuerda en la Hermandad tantas personas en cualquier otra
celebración. La gente abarrotaba la Iglesia de la Santísima Trinidad y la plaza
del mismo nombre quedó también abarrotada de público, como si de un Miércoles
Santo se tratara.
Fue una Eucaristía solemnísima,
en la que se impuso a Nuestra Señora de los Dolores una nueva corona en plata
de ley sobredorada, ofrenda del pueblo de Sanlúcar, pues fueron multitud los
hermanos y devotos los que entregaron la plata y el oro para su realización.
La Junta de Gobierno puso en
marcha una cuestación popular para recoger la plata y el oro necesarios para
realizarle una nueva corona a la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Para
ello se encargó al taller de orfebrería de Villarreal el diseño y la
realización de la presea, siendo el encargado de cincelarla José Delgado López,
que por aquellos años trabajaba en esta prestigiosa orfebrería junto a su padre
y hermanos y que luego se independizarían fundando el taller de los Hermanos
Delgado López, que realizaron los magníficos varales del paso de palio y las
potencias de plata del Señor de las Misericordias.
La Virgen estaba sin corona
en su paso de palio, que se montó en el presbiterio de la Iglesia de la
Santísima Trinidad, magníficamente exornado con nardos. Este año, en un guiño
al pasado, se ha colocado la bambalina frontal del palio con dos varales y
también se han puesto nardos en el altar de Triduo que hoy culmina.
Por lo tanto la celebración
contenía todos los ingredientes de una coronación canónica de las que se
celebraban en esa época. Recordemos que en esos años solamente estaban
coronadas dos dolorosas en Sevilla, la Virgen de la Amargura, en 1954 y la
Esperanza Macarena en 1964.
En esta celebración actuaron como padrinos de la ceremonia,
Primitivo Ciatelo y Milagros Jiménez, vinculados a la Hermandad desde 1934, año
en que se incorporó a la misma la Imagen del Santísimo Cristo de las Misericordias.
Ofició la Solemne Eucaristía nuestro hermano el Rvdo. Padre D. José Luis Repetto Betes,
sacerdote sanluqueño y ferviente devoto de Nuestra Señora de los Dolores, Deán
de la Catedral de Jerez de la Frontera, con una homilía que muchos recuerdan
todavía, con un final apoteósico que provocó una cerrada ovación entre los
asistentes a la celebración.
Los padrinos entregando la corona para su imposición a la Virgen
Los padrinos entregando la corona para su imposición a la Virgen
La corona le fue impuesta a
la Virgen por D. José Luis Repetto y por el Hermano Mayor de la Hermandad, D.
Juan Ortega Llanera, que subieron al paso para culminar un sueño, forjado
durante mucho tiempo en el seno de la Hermandad. Posteriormente se realizaron
unos turnos de vela y un Besamanos Extraordinario, incluso una medalla
conmemorativa.
Besamanos Extraordinario a Nuestra Señora de los Dolores
El único ingrediente que faltó, fue una Procesión Extraordinaria
de Nuestra Señora de los Dolores por las calles de Sanlúcar, que sin duda se
intentó por parte de la Hermandad, pero surgieron determinados obstáculos que
la impidieron. Este hecho no enturbió en absoluto una celebración extraordinaria
del 250 aniversario de la fundación de la Hermandad, que culminó con esta singular
imposición de una corona, con aires de coronación canónica.